Archivo Agosto 2006-2

Se descubre nueva especie de pez acorazado en la Cordillera Azul

Carachama de casi 80 centímetros se suma a más de 30 especies nuevas descubiertas en el parque nacional durante los últimos años

La diversidad natural del Parque Nacional Cordillera Azul sigue asombrando a los investigadores e incluso a los pobladores locales, quienes - pese a los años como pescadores en la zona - estuvieron igualmente sorprendidos al encontrar a un inusual bagre gigante hace unos meses.

El Ictiólogo Max Hidalgo del Museo de Historia Natural -UNMSM , quien este lunes siete presentó el descubrimiento en la XV Reunión Científica del Instituto de Investigaciones de Ciencias Biológicas Antonio Raimondi (ICBAR) en Lima, recuerda que “ en el Inventario Biológico Rápido del año 2000 que sirvió para sustentar la creación del Parque Nacional Cordillera Azul un año después, nativos Shipibo-Conibos capturaron un pez de medio metro del género Panaque en el río Pisqui (afluente del río Ucayali en Loreto).” Entonces, pese a que los ictiólogos del inventario sospecharon que podría tratarse de una especie quizás no descrita, tuvieron que conformarse con una foto del ejemplar como único testimonio del hallazgo.

Fue recién seis años después, en diciembre del año pasado, que el equipo de CIMA obtuvo un nuevo ejemplar de mayor tamaño capturado en el río Santa Ana, muy cerca del lugar donde ocurrió el primer avistamiento. A este individuo, se le sumó otro capturado recientemente (75 cm) por pescadores y ambos se encuentran hoy en la Colección Ictiológica del Museo de Historia Natural.

Aunque una descripción formal como especie nueva requeriría idealmente de contar con mayor número de ejemplares de diferentes edades y sexos, se sabe por lo pronto que esta especie se alimenta de madera, lo que representaría una adaptación única entre los bagres neotropicales que además ejercería una importante función ecológica al facilitar la degradación de los restos vegetales en los cuerpos de agua.

Max Hidalgo concluye con entusiasmo que “la presencia de estas carachamas es un excelente indicador del estado prístino de los ambientes acuáticos del Parque Nacional Cordillera Azul” mientras se alista para el pronto inicio de mayores investigaciones in situ.